Vinos para compartir
"Dime con quién comes y te diré qué bebes”. Los momentos para tomar vino influyen demasiado sobre quiénes son tus compañeros de copas. En InfoGourmet hicimos una selección para compartir... según la compañía.
No es lo mismo el vino del asado que el de una cita romántica; la botella para compartir con “los’pibe” que con “el viejo”. Los momentos y las compañías son factores fundamentales para saber elegir un buen vino… y no gastar de más (o de menos).
El asado del reencuentro
Y de repente, la función “Un día como hoy” de Facebook nos recuerda que hace dos años uno subió una foto con los compañeros de primaria. Y al compartirla nuevamente, comenzaron los comentarios de que pelados están unos, que gordos otros y de lo bien que le vinieron los años a alguna. Y así, de la red social pasaron al grupo de WhatsApp: 328 mensajes hasta que uno dijo “che, ¿si hacemos un asado?”. Y acá comienza una nueva pregunta: ¿qué vino llevamos?
La importancia de este tipo de asado no será nunca ni la carne ni las bebidas, sino el reencuentro en sí. Para este momento es bueno saber que el vino pasará a un segundo plano, pero al mismo tiempo será muy observado para saber cuánto se jugó cada uno. La opción que no falla es ir por una marca conocida, con renombre. Un Altos del Plata Cabernet Sauvignon suma mucho: es un vino fácil de beber y con una amabilidad en boca que sorprenderá a muchos por tratarse de un Cabernet Sauvignon. Un gran punto a favor de este vino: Tiene un precio accesible (y dicen que más en los chinos, rumores...).
Precio: $108
Descorche de sábado por la tarde
¡Que lindas son las 19 horas del sábado! Ese horario en el que ya descansamos de toda la semana y todavía nos queda tiempo para sólo pensar en el disfrute del finde sin preocuparse por el lunes que vendrá. Según dirían “los tanos”, es la hora del vermú. Cortamos un quesito que encontramos en la heladera, un poquito de aceite de oliva y pimentón y ya comenzamos a saborear en la memoria ese blanco que teníamos bien guardado.
Dijimos que era momento de un blanco, pero también hay que pensar que llegó el invierno, no puede ser cualquiera. Un buen “Chardo” tiene toda la potencia de un tinto ligero (y a veces más). La elección es un Punto Final Chardonnay Reserva de Bodega Renacer. Un vino con cuerpo presencia, pero con toda la elegancia y presencia de las cepa blanca más consumida del mundo.
Precio: $180
Para compartir con tu viejo
¡Bebedor exigente si los hay! Aunque tal vez no tanto por lo él mismo, sino porque uno lo quiere agasajar queriendo encontrar un vino que tenga algo para contar, que no sea tan solo una botella más sobre la mesa o que, otro día charlando, esa botella sea el disparador de un lindo recuerdo.
Un infalible que no falla nunca es el Montchenot de Bodegas López, pero no el clásico: El Montchenot 15 años, cosecha 2000. Se trata de un corte en el que predomina de forma marcada el Cabernet Sauvignon, y se completa con Merlot y Malbec. Al descorcharlo, lo más probable es que tu viejo te cuente una anécdota que empiece dónde bebió alguna vez este vino. Y, también, te diga en tono serio “¡Qué barbaridad, no tenías que gastar tanto!”, pero vos sabés que valió la pena.
Precio: $750
Una primera salida
No siempre es tan fácil elegir una botella para una “salida de conquista”. Pensemos que tiene que ser un vino que se beba fácil, pero no tanto como para cruzar un límite, aunque lo suficiente para ayudar a desinhibir. No muy caro y que te crea un arrogante; tampoco muy barato y te acuse de “ratón”. No muy exclusivo como para que no lo encuentre más y se olvide de ese vino, pero tampoco demasiado conocido como para que lo vea a cada rato y ya se olvide de vos. Tiene que ser todo muy medido y pensado.
Para este juego de contrastes, un Marqués del Nevado Malbec de Bodega Goyenechea cumple con los requisitos. Es un vino elegante, delicado, con presencia en boca y fácil de beber como buen malbec. Goyenechea es de esas bodegas que no se olvidan nunca, que al ver sus líneas clásicas en todo supermercado sea el disparador para que ella le diga a una amiga: “Tomamos uno de esta bodega, era muy rico”, y ahí piense en repetir pronto una nueva salida.
Precio: $172
Con los compañeros de “fulbo”
Los sábados y el fútbol son sagrados; igual que juntarse a comer todo el equipo una vez terminado el torneo. Similar al “asado del reencuentro”, la juntada siempre es lo primordial y el vino será sólo un compañero de momentos. No gastes una fortuna para estos insurgentes que lo beberán a los gritos contando anécdotas de partidos en las que prevalecerán las pifiadas, las pelotas colgadas y los goles que nos habremos “comido” más de una vez.
Para un asado entre hombres, hay que pensar que las botellas desfilarán por la mesa como si se tratara de papas fritas de paquete. El Novecento Malbec “va como piña” para ese mediodía. Un vino simple, claro, directo y que lo beben todos sin preocuparse demasiado por los taninos o aromas. Se toma en vaso y acompaña muy bien tanto el choripán como el vacío. Piensen que nuestras papilas estarán invadidas por las grasas y no estarán al cien por ciento de su capacidad gustativa. No nos volvamos locos buscando, Novecento tiene una excelente relación precio-calidad: se compra de a cajas.
Precio: $59
BONUS TRACK: Para el sillón
Es cierto que hablamos de vinos para beber en compañía, pero... ¿quién dijo que un buen sillón no puede ser la compañía perfecta? Hay botellas que se descorchan en una noche solitaria, donde es hora de pensar tranquilo, sin preocuparse demasiado y sólo disfrutar de ese momento tan ansiado.
Uno de los últimos lanzamientos de Bodega Casarena es su Syrah 2013 de la línea Single Vineyard. Un vino elegante, fresco en boca y con una conjunción precisa entre acidez y fruta, muy al estilo francés. Atención: En esa “tranquilidad sillonera”, uno es capaz de beberse toda la botella sin darse cuenta; pero como se está en casa propia, sólo hay que preocuparse por llegar hasta la cama.
Precio: $325